domingo, 24 de julio de 2011

Dilema.

Menudo asco, ¿verdad? cuando "el destino" se empeña en no darte la razón. Cuando te dejas la piel en conseguir tu objetivo, y no deseas nada más que llegar a tu meta, y eso; esa cosa, llámala destino, o karma, o Dios... llámala como quieras, sentencia que no vas a darte el gusto, y se las apaña para que acabes deseando obedecer.


Pero lo que de verdad apesta es cuando decides que te da igual todo eso, sea lo que sea, y sigues tu camino, doblegando tus fuerzas, sin pensar en las veces que te vas a tropezar, en las que vas a sufrir, en las que querrás dar media vuelta... cuando luchas contra el supuesto "jefe", el que manda... pero de nada sirve.


Esa maldita impotencia ¡y las inmensas ganas de cargarte a alguien que la acompañan! Y las lágrimas que también aparecen junto a ella... las amargas, que tanto duelen.


Difícil disyuntiva... ¿continuar, aún con el dolor que eso conlleva?...¿o ceder, rendirme?


Y a cada paso que doy se van desvaneciendo mis fuerzas...mis ojos se inundan... mis labios se queman.


Duro dilema.

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