lunes, 21 de noviembre de 2011

No hay vuelta atrás.

Llegas a ese punto lejano en el cual se encuentran todas las respuestas a las preguntas que un día te formulaste. El sí, el no, el qué, el por qué, el cuándo, el cómo y el quién.
Llegas a ese punto tan pacífico y neutral, y ya nada importa. Resulta que la vida se simplifica enormemente cuando lo alcanzas.
Dicen las leyendas que sólo unos pocos son capaces de soportar en sus cuerpos mediocres la belleza y el horror que allí se hayan. 
Llegas, y dicen que todo se colapsa. Desde el parpadeo convulso y el tranquilo paseo de la sangre en nuestras venas, hasta el propio pensamiento. Que los labios se secan. Las palabras pierden sentido. La necesidad de respirar pasa a un segundo plano. No existe el tiempo. Recuerda que nada posee verdadero valor. 
Observas, atónita, esos oscuros espectros frente a tu rostro. Mientras tanto ese órgano tan imprescindible llamado corazón se llena de toda la pureza que el alma del ser humano puede alcanzar, teme estallar. En ese instante los ojos se inundan, se apagan. Lo cierto es que no eres más que una pobre mortal.
Ese punto en el que la realidad se funde. Se vuelve un todo intenso.
El momento en el que pierdes la ilusión de la vida.
Cuando desaparecen las razones y cada latido te desgarra por dentro. Sí. 

Dicen los cuentos, cuentan los sabios, sabe el muerto, mata al vivo...
 "Que uno no sabe lo que tiene, hasta que lo ha perdido."



3 comentarios:

  1. Gracias por seguirme guapa!^^

    Tu texto es precioso,un poco tristón pero me ha encantado! :)
    Me pasaré siempre!^^
    Un besito!(K)

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  2. jajajaa pues me encanta que te encante mi blog! Y me encanta que pases y me dejes un comentario :) Y puedes coger las canciones que quieras^^ Un besazo guapa :)(K)

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