jueves, 31 de mayo de 2012

Pase lo que pase.

La única constante en la vida es el cambio, y si hay algo que debemos tener por seguro es que mañana todo podría dar un giro, y que si no es mañana, será al día siguiente. Pero algo pasará, algo llegará para después irse, y habrá algo que abandone nuestro camino, porque es ley, una ciencia cierta, y nada ni nadie lo va a modificar. A mí, a veces, muchas veces, me da miedo. Ahora mismo podría estar aterrada, y es que llegó algo especial a mi vida. Algo diferente. A ver, ¿cómo me explico? Digamos que es la excusa para soportar todo lo insoportable, la fuerza para vencer mil y un monstruos, la excusa para levantarme de la cama calentita los días más fríos. Es mi sonrisa personificada. Es cada latido de mi corazón. Sí, podría estar aterrada... porque imagínate perder toda esa perfección, y encontrarme de repente tan perdida en este mundo. Pero no es así,
porque sé que será eterno. Que vale, que somos jóvenes, que nada es para siempre, pero este no es el caso. Podrán pasar millones de años, que él estará ahí. Quizás no lo encuentre a mi lado, en la cama, durante las noches, como ahora deseo. Quizás tampoco halle sus labios cuando más los necesite. Quizás no acuda cuando grite su nombre. Es una posibilidad, y la tengo presente. Pero él estará ahí.
La vida es caprichosa, lo sé, la gente cambia... pero hay una parte de mi, un pedazo de mi alma, que hace mucho tiempo dejó de pertenecerme, que ahora es suyo, sólo suyo. Cada momento, cada palabra, cada mirada está grabada a fuego en mi memoria, y en mi piel. Cada sensación está escondida entre el brillo de mis ojos, o tras la curva de mi sonrisa... Está ahí. Y siempre será así.
Porque pasará el tiempo, y aún me alegrará el día, aunque sea en formato recuerdo. Y habrá amor, será ese el sentimiento que evoque su nombre dentro de mil años.
Es por eso que será para siempre y más, permanecerá por los siglos. La huella que un día dejó en mi me acompañará hasta que sea una anciana, canosa y arrugada... o incluso más allá de eso.
Aunque las cosas cambien, y quizás un día tomemos caminos diferentes, él seguirá siendo él, yo seguiré siendo yo, y aún habrá restos de un nosotros que fue amor de verdad.



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