Insupportable

Rabia, impotencia, dolor, rebelión quieren hacerse notar a través de mis golpes, de mis contestaciones, de mis expresiones, de mi ser..  Se hace insoportable, me siento poseída. Poseída por las ganas de gritar justicia, y escapar de aquí.
Día tras día, sometida a lo mismo, la misma rutina agobiante, la misma clase de obstáculos, uno tras otro. Y siento rabia. Siento ganas de acabar con todo, unas ganas incontenibles, que luchan cada segundo por salir al exterior.
Mi lengua se retuerce, la muerdo, y me veo obligada a contenerla en mi boca contra mi propia voluntad... La impotencia arde... siento el sofoco bajo mi piel, cómo intenta deslizarse entre mis poros y arrasar con todo aquello que la crea. Y mi carne, poco a poco, se quema, se muere... se pudre la esperanza de un mañana feliz. El propio cerebro se satura, él también pretende huir lejos de mi, siento la presión en los costados de mi cráneo, siento sus ganas de sucumbir ante la situación.. La sangre arde, incluso duele, mis venas se dilatan ante su paso veloz. Mi voz: un grito ahogado. Mi cuerpo convulso. Mis ojos brillantes de ira. Mi propio reflejo me inspira gritos de rabia y libertad.
Me supera. Me supera todo, me superan los días, las horas, la vida; me supera. Me agota pensar que cada paso, cada esfuerzo, cada decisión, ha llevado a esto. Me agota pensar que todo lo bueno que hice, que hago, y que haré, quedará en nada, que jamás seré recompensada, que lo que logre no será más que recuerdos del camino... a no ser que escape ya.
Sé que es cuestión de vida o muerte salir corriendo... dejar atrás todo lo que me cohíbe, me frena, me aplasta contra el piso y me oculta esa luz solar en tonos cálidos, que ahora me parece producto de cuentos de hadas.
Rabia, impotencia, dolor, rebelión quieren hacerse notar a través de mis golpes, de mis contestaciones, de mis expresiones, de mi ser...  Se hace insoportable, me siento poseída. Poseída por las ganas de gritar justicia, y escapar de aquí.