miércoles, 4 de junio de 2014

Era usted

- Era usted demasiado perfecta - dijo- Desde lejos, y no tan lejos, pero siempre desde fuera, el calor de su brillo dejó mi corazón en un puño cientos de veces. Después de usted, tan sólo me permití enamorarme de imperfecciones.
Y ahora está aquí, está cerca, y me habla con voz temblorosa, me mira casi miedosa, me preguntó por qué y me pregunto si quizá esa perfección no fue más que una ilusión que me produjo su embrujo. Sin embargo, de una forma u otra, perfecta o imperfecta, debo confesarle que hoy vuelvo a enamorarme de usted.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario